Para dejar conceptos claros.
Las dos grandes corrientes del siglo XX fueron:
- EL MÉTODO AUDIOLINGÜE . Para esta metodología la lengua se reduce a un conjunto de estructuras que hay que dominar para hacer un buen uso de ella. La lengua está formada por un conjunto de estructuras. Aprender una lengua es adquirir hábitos lingüísticos a través de la repetición, la memorización de diálogos y la realización de ejercicios de repetición o drills. Luego surge la frustración al comprobar que no podemos hacer un uso comunicativo de la lengua con esas estructuras gramaticales que están solo en la cabeza.
La revolución cognitiva llega buscando una salida a esa frustración de alumnos y enseñantes que producen los métodos de enseñanza utilizados hasta finales de los 60 del siglo XX, entre ellos el audiolingüe con su concepción conductista del aprendizaje.
Entre los nuevos enfoque surge:
- EL ENFOQUE COMUNICATIVO. Se centra en la teoría comunicativa que se caracteriza por el uso significativo de la lengua y los usos funcionales. La lengua es un instrumento de comunicación y aprender una lengua es llegar a poder expresar significado. Una lengua se aprende cuando se manejan significados, cuando se usa en situaciones reales. La gramática tiene que estar dirigida al uso. En clase se realizan tareas que implican comunicación real y conllevan toma de decisiones sobre qué y cómo expresarse. El alumno participa activamente en el proceso de aprendizaje.
Está bien saber de dónde venimos para saber a dónde queremos ir. En mi caso, soy producto de una enseñanza basada en el método de la que reniego para adherirme a una enseñanza comunicativa, centrada en el alumno y que concibe la lengua con fines comunicativos, valorando los factores socioculturales, respetando al alumno como individuo con intereses, capacidades, potencialidades y carencias; personas a las que se debe apoyar para adquieran responsabilidades en su propio aprendizaje y desarrollen su autonomía.
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